domingo, 18 de abril de 2010
plan de agua prieta
El Plan de Agua Prieta es un manifiesto redactado en la era de la Revolución mexicana, por simpatizantes del General Venustiano Caranza en contra del entonces presidente alvaro Obregon. En dicho plan se desconoce al gobierno de Carranza. El plan fue proclamado por Obregón el 20 de abril de 1910, en la ciudad de agua prieta, en el estado de sonora, de donde era originario Alvaro Obregon. Fue secundado desde el inicio por otros generales de brigada de la División del Noroeste, como Ángel Moreno y Francisco Danario. El pretexto por el cual fue desconocido el gobierno de Carranza fue una disputa entre la Federación y el gobierno sonorense por la potestad sobre el rio sonora[cita requerida], aunque detrás del levantamiento no habían ningun interes ni conflictos políticos, como el resentimiento de los seguidores de Álvaro Obregón y el Partido Laborista, que fueron derrotados en las elecciones presidenciales de 1920.
El plan, además de no reconocer el gobierno de Venustiano Carranza, no reconocía a todos los representantes populares electos en los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León, Querétaro y Tamaulipas, así como al gobernador constitucional del estado de Nayarit. Se proponía no combatir a las autoridades, siempre y cuando éstas no hostilizaran al Ejército Constitucionalista Liberal, que encabezó el Lic. Adolfo de la Huerta, a la sazón gobernador sonorense. Adolfo de la Huerta, por este plan, tuvo la facultad de nombrar gobernadores interinos en los estados donde el Ejército Constitucionalista Liberal los había derrocado o no reconocido. Elías Calles y los sublevados que secundaron el plan de Agua Prieta hicieron un llamado a los gobiernos de los estados a nombrar representantes a una junta, que a su vez habría de nombrar al presidente interino de la República. Este jefe de estado provisional debería a su vez convocar a elecciones generales apenas tomara el poder.
En todo el país surgieron manifestaciones de apoyo para el movimiento de Agua Prieta y más de tres cuartas partes del Ejército dio la espalda a Carranza, uniéndose a los sublevados. Estos avanzaron rápidamente hacia el centro del país, y Venustiano Carranza se negó a negociar o rendirse, por lo que se vio obligado a abandonar la Ciudad de México; en los primeros días de mayo de 1920 salió de esta ciudad con el fin de instalar su gobierno en Veracruz, en una inmensa caravana de 60 trenes, pero no lo consiguió, sin apenas partidarios la caravana se vio atacada por todos lados, el primer ataque tuvo lugar apenas en la Villa de Guadalupe en las afueras de la Ciudad de México, el avance continuó pero a fuerza de continuos combates contra los insurrectos, finalmente en la estación de Aljibes, en Puebla, el tren fue atacado y fue imposible que siguiera avanzando pues la vía de ferrocarril había sido levantada, andemás ahí mismo Carranza se enteró de que el Jefe de la Guarnición de Veracruz, quien lo esperaba para darle protección en el puerto, el Gral. Guadalupe Sánchez ya se había unido a los sublevados, sin más escapatoria, Carranza y algunos partidarios, entre ellos, el General Francisco Murguía, Manuel Aguirre Berlanga, Secretario de Gobernación; Ignacio Bonillas, su candidato a la Presidencia y otros más, protegidos por la pequeña fuerza del Gral. Francisco de P. Mariel, pues el Secretario de Guerra General Francisco L. Urquizo ordenó a la reducida escolta subsistente y al Colegio Militar que se quedaran atrás para cubrirles la retirada. El plan de Carranza era tratar de alcanzar el norte del país, particularmente su estado, Coahuila, donde pensaba tener partidarios, para lograrlo, creyó contar con las fuerzas de Rodolfo Herrero, cacique serrano, quien recientemente se había acogido a la amnistía que el gobierno había ofrecido a los insurrectos. Emprendieron la retirada a caballo a través de la Sierra de Puebla y el 20 de mayo de ese año, llegaron al pequeño pueblo de Tlaxcalantongo, Puebla. Ahí pretendieron pasar la noche, pero Herrero se retiró al poco tiempo poniendo un pretexto y en las primeras horas del 21 de mayo de 1920 una pequeña fuerza obregonista atacó el pueblo y los jacales donde dormían Carranza y sus allegados, según la más confiable de los versiones, Carranza fue alcanzado por lo menos por dos balas y murió de esas heridas, aunque otras versiones revisionistas consideran que viéndose herido y sin escapatoria posible, Carranza mismo se disparó un tiro.
El triunfo de la rebelión de Agua Prieta significó el ascenso a la dirección del Estado mexicano de la burguesía sonorense, la cual impulsó varias reformas para consolidarse en el poder y mantenerse al frente del gobierno; Adolfo de la Huerta fue designado presidente provisional de México del 1° de Junio al 30 de noviembre de 1920.
Entre otros personajes que adhirieron al Plan de Agua Prieta están el ya mencionado Álvaro Obregón, y Benjamín Hill.
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Un plan bien redactado
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